25/8/10

PRÁCTICAS DE LABORATORIO

“La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla”
Jorge Santayana. Filósofo y escritor español.


La vida; puede ser tan larga o puede ser tan corta. Hay quienes llegan al mundo ya sin vida y hay quienes se sienten con tanta vida que, después de muertos, siguen entre nosotros.
Como jóvenes pensamos que la muerte es algo muy lejano; tanto así que ni siquiera pensamos en ella ni en las causas que podrían acercarla a nosotros. Somos pura energía, somos pura emoción, pura adrenalina, pura hormona; pocas cosas nos detienen y siempre tenemos pila para después. Somos jóvenes. Sólo vivimos el hoy y ahora, lo que sentimos o buscamos lo que queremos sentir. ¿Estamos mal?
La vida y el destino son caprichosos, vengativos, de buena memoria (nunca olvidan nada y cobran todo), misteriosos y … veloces. La vida puede dar un cambio de 360º en minutos y para recuperarnos de ese giro, a veces, es necesaria toda la vida y puede ser que no nos alcance.
Tienes 18 años y estas embarazada. Tienes 20 años, chocaste y estas paralítico. Tienes 19 años y tienes SIDA, tienes 22 años y eres alcohólico o eres adicto a una droga. Tienes 25 años y eres co-dependiente de una persona. ¿Suena exagerado? Puede ser, pero es la realidad en la que vivimos.
¿Cómo llamar a ese instinto que nos hace actuar sin pensar? ¿Inmadurez? ¿Espontaneidad? Hacer las cosas solo por curiosidad sin pensar si podría tener una repercusión en nosotros. Hacer oídos de palo a los concejos de mamá y papá nos hace parecer “grandes e independientes”, o eso es lo que tu crees. En realidad revela lo idiota que eres. Si ellos te dicen o aconsejan algo, es por que saben al respecto o por que ya lo vivieron. No son los tontos intransigentes y cerrados que tu crees; nuestros padres son los guías que nos quieren hacer fácil el camino, pero tu nunca escuchas. Quieres vivir tu vida. De acuerdo, ya tienes un hijo, ya tienes SIDA; ve, ve a vivir tu vida.
No, no soy extremista, soy realista.
Uno siempre tiene segundas oportunidades, pero no se debe de abusar de ellas. Ni de “pastillas del día siguiente” (después tu cuerpo se hace inmune a ellas o peor aún, cuando quieras, realmente, tener un hijo no podrás), ni de rehabilitaciones, ni de medicinas. Con una fue suficiente como para que aprendas de tu error; si no fue así, una vez más, se revela lo idiota que eres.
Pero es entendible, eres la generación ‘Y’, eres la generación del “ahora e inmediato”, quieres todo a la misma velocidad con la que lo deseas y te aburres de el mismo con la misma intensidad con la que lo deseaste. Has visto trabajar a tus padres duro por lo que tienen…saber valorar el dinero y las cosas… Eso dice Otto Kleper. Yo, lo dudo. Tu generación “cree” valorar lo que tiene y a quienes tiene; si así fuera, muchas cosas serían diferentes.
La vida es una, y esta bien que quieras aprender y sentir, pero no todo en una noche, ni con una persona ni echar toda tu vida por la borda por una mala decisión o por un momento en que tu cerebro se apago.
Aprende a valorar lo que tienes y a comprender lo efímero que todo puede llegar a ser. Todo pasa, todo termina.

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